El imperialismo ha traído siempre
el desarrollo de nuevas rutas comerciales. Los exploradores ha sido los
precedentes de los conquistadores. Comentamos la construcción de dos
canales navegables, dos grandes obras de ingeniería en plena época del imperialismo
occidental, entre 1850 y 1950. Ambos consiguieron el viejo sueño de portugueses
y españoles en sus respectivos caminos hacia la India y hacia el Pacífico.
Las dos vías conseguían acabar con las largas travesías desde finales del
siglo XV a inicios del siglo XX y dieron paso a una nueva era del desarrollo
imperialista.
El Canal de Suez fue inaugurado en 1869 y lograba acortar
considerablemente el viaje de los británicos hacia su “Perla de la Corona”, es
decir, a la India. “Las Indias” y las islas de las Especias, al este de la
actual Indonesia, fueron deseadas por los europeos y, en especial, por los
portugueses desde finales del siglo XV, tras la lectura de El Libro de las Maravillas del veneciano Marco Polo. Vasco de Gama se hubiese maravillado
con la inauguración del Canal de Suez y le hubiese ahorrado su periplo hacia
Calicut por el Cabo de Buena Esperanza en 1498. Los británicos conseguían dominar
en el siglo XIX su verdadero Mare Nostrum.
Los buques podían zarpar de Gran Bretaña y tener el mar Mediterráneo
controlado: Gibraltar, Malta y Suez, todos enclaves británicos. España se
olvidaba para siempre de “su” peñón, al revalorizarse su interés estratégico para
la “pérfida Albión”.
El Canal de Panamá fue inaugurado en 1914 y también acortaba de forma
considerable el viaje entre las costas atlánticas y pacíficas de las dos Américas.
Desde que Balboa atravesase el istmo a inicios del siglo XVI y, sobre todo,
desde la prohibición de navegar a Manila por la ruta portuguesa del cabo de Buena
Esperanza, la dificultad de atravesar el Estrecho de Magallanes y la inútil
búsqueda de un “paso del norte” por la banquisa ártica, las comunicaciones de
Madrid con Manila serían por ese istmo panameño: descargar las mercancías en
Portobelo y atravesarlo a lomos de mula hasta la ciudad de Panamá, para volver
a embarcar. El sueño del canal fue continuo en la época imperial hispánica,
aunque sin mucho interés oficial, pues desde que, a finales del siglo XVII, el
pirata Morgan atravesase y saquease el istmo, la Corona española temió que un
hipotético canal cayese en manos enemigas como Gibraltar. Mucho tiempo después,
los Estados Unidos consiguieron que Panamá se independizase de Colombia y
conseguir un estado títere que les diese el poder sobre el canal hasta finales
del siglo XX. La ruta de San Diego a Nueva York sería por el nuevo canal y
dejaba sin valor estratégico el estrecho magallánico.
Egipto consiguió hacerse con Suez
en 1956 por las malas ante los franco-británicos, dando una de las muchas crisis
de la Guerra Fría. Por su parte, en 1978 los Estados Unidos dejaban a Panamá el
control de su canal.