jueves, 7 de agosto de 2014

MARCO POLO Y SU VIAJE A ORIENTE

 
En 1271 tres venecianos iniciaban un fabuloso viaje que empujó, casi doscientos años después, a descubrir América. Poco iba a imaginar Marco Polo que un genovés (Génova era la república rival a muerte de Venecia) llamado Cristóbal Colón iba a descubrir el Nuevo Mundo empujado por la lectura de sus hazañas. Sabría que muchos europeos intentarían llegar a Extremo Oriente, pero lo que no sabría es que ese genovés intentaría llegar por el oeste y, de paso, encontrarse con una fenomenal masa continental llamada América.
Marco Polo había nacido en Venecia en 1254. Con apenas seis años su padre Niccolo y su tío Matteo se ausentaron de la casa familiar para partir a Oriente. Llegaron a la corte del Kublai Kan, el cual les protegió en el viaje de vuelta y les dio una carta para el Papa. Marco conoció a su padre con quince años, en 1269. Dos años después les acompañaría en el nuevo viaje a Oriente, que duraría 23 años. Pasando por Tierra Santa y el Kurdistán, descendieron al sur por la antigua Mesopotamia hasta el estrecho de Ormuz. Continuaron por Pamir y el norte del Himalaya y cruzaron el temible desierto del Gobi, llegando en mayo de 1275 al palacio del Kan. Viajó por el sur de China y llegó a hasta la actual Birmania. Anotó todas las maravillas que vio. En 1292 el Kublai Kan les dejó regresar a su tierra natal veneciana.
El retorno sería por mar, surcando el Pacífico oriental hacia el sur. Explorando la costa de Indochina, Malaca y Sumatra, llegó al sur de la India, a Calicut y Cochin. De ahí, con rumbo noreste, llegó al estrecho de Ormuz. Por Persia llegó a Trebisonda y a Constantinopla. Por fin, por el Egeo se adentró en el Adriático y llegó a Venecia en 1295.
Tres años después es encarcelado en Génova, al estar en guerra las dos irreconciliables repúblicas. En la prisión, un novelista llamado Rustichello escribió las narraciones de Marco Polo. El libro fue todo un best-seller de la época aunque, sin embargo, con dudas sobre la autenticidad de la estancia del veneciano en China: no describe la Gran Muralla, ni el té, ni la caligrafía. Tampoco aparece él en los anales chinos. Marco se casó con una rica veneciana y falleció en 1324, con 70 años.
Doscientos años después del viaje un genovés enigmático y asentado en la península Ibérica, llevaba su libro en la primera travesía del Atlántico con el fin de llegar al trono al que llegó Marco Polo. Sólo el veneciano llegó a Oriente. El genovés, equivocadamente, creyó hasta su muerte haberlo conseguido.
 

lunes, 6 de enero de 2014

CRONOLOGÍA DE LA ÉPOCA DEL IMPERIALISMO, 1875 - 1923

De la conquista de África y Asia
a la primera postguerra mundial (1875 - 1923)

En 1875 los países occidentales y Japón iniciaban una revolución tecnológica espectacular, iniciando una II Revolución Industrial, basada en los nuevos medios de transporte, nuevas fuentes de energía y nuevas formas de producción, que dejaban ya obsoletos los cambios de inicios del siglo XIX. La consecuencia fue un gran aumento de la producción, la cual superó la demanda interna nacional, por lo que Occidente hubo de buscar mercados exóticos. Se iniciaba una carrera imperialista en busca de dichos mercados que acabó en un choque de imperios desde los años finales del siglo XIX y los iniciales del XX. Ese choque, sin embargo, se dio en la península Balcánica, azuzado demás por la vieja revalidad franco alemana desde 1871, con el nacimiento del II Reich alemán. La época de la "Paz Armada", que anunciaba una guerra inevitable, coincidió, sin embargo, con una época de aumento del nivel de vida y de auge artístico y cultural o "Belle Epoque". La tragedia de la I Guerra Mundial trajo unos cambios históricos sin precedentes, acabando el "largo siglo XIX" y anunciando una nueva época. América Latina, explotada indirectamente, y el ámbito afroasiático, quedan al margen de estos cambios, como víctimas de ese imperialismo occidental.
Por su parte, en España, el régimen liberal de la Restauración no logra crear una verdadera democracia -lastrada por el caciquismo local- y un país definitivamente moderno, tanto económico como social, por lo que la monarquía borbónica fue identificada como la causante de la lentitud en el arranque industrial. Tras los desastres coloniales en Cuba, Filipinas y Marruecos y a pesar de la neutralidad española en la Gran Guerra, las emergentes fuerzas político sociales acabarán con la estabilidad constitucional del último cuarto del siglo XIX (época del turno de Cánovas y Sagasta) tras varias crisis (Semana Trágica en Barcelona, la triple crisis de 1917, el pistolerismo barcelonés y el desastre en Annual), dando paso a la solución dictatorial de la monarquía: la dictadura militar del general Primo de Rivera, la cual supuso un apoyo momentáneo a Alfonso XIII, el cual no pudo mantener su trono tras la caída de dicha dictadura, su principal sostén.

sábado, 4 de enero de 2014

CRONOLOGÍA DEL "CORTO" SIGLO XX (1919-1989)

De la I Guerra Mundial a la caída del muro de Berlín
1919-1989

Muchos historiadores aceptan la periodización del "corto" siglo XX y su desarrollo entre los setenta años habidos de 1919 a 1989. En efecto, en 1900 hay una continuidad de las tendencias anteriores del siglo XIX. Mientras que, por el otro extremo, en el año 2000, los acontecimientos ya son muy diferentes a los anteriores a 1989, con la caída del muro de Berlín -el gran suceso que revolucionó el mundo socialista-, aunque en clara sintonía con la última década de dicho siglo.
Es a partir del orden emergido en los tratados de paz de París, tras la Gran Guerra de 1914-19, cuando se adivina un nuevo periodo histórico. Los espectaculares avances tecnológicos, la entrada de Estados Unidos y Japón como nuevos protagonistas en el panorama diplomático internacional, desplazando incluso a la vieja Europa, el triunfo de la primera revolución proletaria en la vieja Rusia (desde entonces la URSS), el ascenso del papel femenino en la sociedad (protagonismo cada vez mayor e inicio de la lucha de las sufragistas por el voto) o la irrupción de las masas en el escenario social, son cambios que dan la razón a aquél primer ministro británico que intuyó en 1914 cómo en Europa se apagaban las luces, y con ellas todo un orden social.
Un periodo que, casi en su ecuador, saltó por los aires ante la II Guerra Mundial y que alumbró, a su vez, otro nuevo orden que supuso un apuntalamiento del capitalismo en 1945, con el nacimiento del Estado de Bienestar. Ese fue el orden que dio al mundo occidental dos décadas de espectacular crecimiento económico y relativa tranquilidad social. En 1973 estallaba una crisis estructural que acabaría con esa etapa tan "prodigiosa" y que ya parecía hacer aguas desde las manifestaciones de hondo malestar social expresado en el París de mayo de 1968. En el otoño de 1989 se asiste al resquebrajamiento del bloque socialista que acabó con toda una época histórica y anunciaba otra llena de incertidumbres y caracterizada por la emergencia del mundo subdesarrollado. Ese mundo ya global, emerge de forma definitiva en la fatídica fecha del 11-M de 2001 en Nueva York. Pero esa, ya es otra historia.