En el Próximo Oriente surgió la revolución agrícola del Neolítico hace más de diez mil años. También aquí surgió nuestra civilización originaria. Las primeras civilizaciones urbanas se caracterizaron por sus aportes en la escritura y en el surgimiento de las nuevas ciudades y los estados mucho más complejos en su organización. Todo ello fue posible por el favorable medio físico.
En la zona llamada tradicionalmente "Creciente Fértil", por su forma de media luna en su forma de cuarto creciente, la civilización surgió gracias a los fértiles valles de tres ríos principales: el valle del Nilo, en Egipto, el valle del río Orontes, en Palestina y, por último, el valle de los ríos Tigris y Éufrates, en Mesopotamia. Fuera de estas zonas solo hay tierras pobres: desiertos al sur de Mesopotamia y al oeste de Egipto, así como áridas y altas mesetas del noroeste al noreste.
Pueblos de raza blanca, semitas e indoeuropeos, desarrollaron importantes civilizaciones, con su cénit en Egipto y Mesopotamia, reflejadas en sus pirámides y zigurats, su próspera agricultura de regadío, sus sociedades esclavistas y las religiones politeístas, así como los avances científicos y sus escrituras cuneiforme y jeroglífica.
También surgieron las civilizaciones fenicia y judía en los valles de los ríos Jordán y Orontes. Desde esta zona se iniciaron migraciones hacia el oeste, por el mediterráneo en una importante labor de difusión cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario