En 1271 tres venecianos iniciaban un fabuloso viaje que empujó, casi doscientos años después, a descubrir América. Poco iba a imaginar Marco Polo que un genovés (Génova era la república rival a muerte de Venecia) llamado Cristóbal Colón iba a descubrir el Nuevo Mundo empujado por la lectura de sus hazañas. Sabría que muchos europeos intentarían llegar a Extremo Oriente, pero lo que no sabría es que ese genovés intentaría llegar por el oeste y, de paso, encontrarse con una fenomenal masa continental llamada América.
Marco Polo había nacido en Venecia en 1254. Con apenas seis años su padre Niccolo y su tío Matteo se ausentaron de la casa familiar para partir a Oriente. Llegaron a la corte del Kublai Kan, el cual les protegió en el viaje de vuelta y les dio una carta para el Papa. Marco conoció a su padre con quince años, en 1269. Dos años después les acompañaría en el nuevo viaje a Oriente, que duraría 23 años. Pasando por Tierra Santa y el Kurdistán, descendieron al sur por la antigua Mesopotamia hasta el estrecho de Ormuz. Continuaron por Pamir y el norte del Himalaya y cruzaron el temible desierto del Gobi, llegando en mayo de 1275 al palacio del Kan. Viajó por el sur de China y llegó a hasta la actual Birmania. Anotó todas las maravillas que vio. En 1292 el Kublai Kan les dejó regresar a su tierra natal veneciana.
El retorno sería por mar, surcando el Pacífico oriental hacia el sur. Explorando la costa de Indochina, Malaca y Sumatra, llegó al sur de la India, a Calicut y Cochin. De ahí, con rumbo noreste, llegó al estrecho de Ormuz. Por Persia llegó a Trebisonda y a Constantinopla. Por fin, por el Egeo se adentró en el Adriático y llegó a Venecia en 1295.
Tres años después es encarcelado en Génova, al estar en guerra las dos irreconciliables repúblicas. En la prisión, un novelista llamado Rustichello escribió las narraciones de Marco Polo. El libro fue todo un best-seller de la época aunque, sin embargo, con dudas sobre la autenticidad de la estancia del veneciano en China: no describe la Gran Muralla, ni el té, ni la caligrafía. Tampoco aparece él en los anales chinos. Marco se casó con una rica veneciana y falleció en 1324, con 70 años.
Doscientos años después del viaje un genovés enigmático y asentado en la península Ibérica, llevaba su libro en la primera travesía del Atlántico con el fin de llegar al trono al que llegó Marco Polo. Sólo el veneciano llegó a Oriente. El genovés, equivocadamente, creyó hasta su muerte haberlo conseguido.