La provincia de Segovia es un territorio de gran atractivo para el turista culto: arte, historia y naturaleza se dan la mano. Historia de la atigüedad romana, medieval y de los siglos modernos, quedando los tiempos contemporáneos como testigos de ese pasado brillante.
El recorrido propuesto -para el que llega desde Madrid- es el siguiente:
1º. Tras atravesar el puerto de Navacerrada, donde las excursiones a pie son numerosas, en medio de esa gran mancha de pinares de Valsaín que recorre toda la ladera serrana del Guadarrama, se llega al Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, donde los jardines y su palacio borbónico, así como su casco histórico merecen un detallado paseo, que se completa con el cercano palacio de Riofrío.
2º. La ciudad de Segovia, donde el románico, el gótico y los sucesivos estilos posteriores son el complemento del gran acueducto, verdadero símbolo de la ciudad. Palacios, templos, ocio y excelentes panorámicas justifican su elección para ubicar un Parador de Turismo.
El resto del viaje por tierras segovianas es una sucesión de poblaciones medivales con castillos, palacios, arquitectura popular y templos de diversa tipología artística. Todo ello con una gran belleza paisajística de las inmensas planicies de Castilla, surcadas por ríos que forman cañones espectaculares y vigiladas por la Sierra de Guadarrama al sur.
3º. Llendo en dirección noreste, a la sombra del Sistema Central a nuestra derecha, se llega a Pedraza, ciudad medieval típica.
4º. Riaza, 5º los pueblos rojos y 6º Ayllón. El nombre de una medieval Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón encierra naturaleza serrana al este del Puerto de Somosierra: Riaza con sus palacios e interesante plaza, los diminutos pueblos revestidos de arcilla como Madriguera o El Muyo y, por fin su capital Ayllón, con la alargada plaza y arco de entrada a la villa.
7º. Algo más al norte se encuentra Maderuelo de calles pintorescas.
8º y 9º Sepúlveda y Fuentidueña. En dirección al oeste, entramos en el valle del Duratón, similar al anterior, con Sepúlveda, centro de iglesias románicas y concejo medieval. Fuentidueña destaca con su recinto amurallado.
10, 11 y 12. Turégano, Aguilafuente y Cuéllar. Entrando en el valle del Pirón, se destacan Turégano, con una plaza y castillo con iglesia románica en su interior, Aguilafuente, cuna de la imprenta en España, al imprimirse el primer libro: el Sinodial de Aguilafuente, y Cuéllar, la capital comarcal, con su castillo y sus encierros más antiguos del país.
13 y 14. Santa María la Real de Nieva y Coca. Dejamo el valle del Pirón y entramos de nuevo en el del Eresma: estamos en la campiña segoviana. En la Real de Nieva encontramos una iglesia de gran portada y, lo mejor, un claustro con una inmejorable fuente de historia medieval: los capiteles del claustro son de gran valor y artístico y nos muestran las escenas de la vida campesina y sus ciclos agrarios. En Coca destaca el castillo mudéjar.
15, 16 y 17. Martín Muñoz de las Posadas, Villacastín y El Espinar. En Martín Muñoz destaca, además de su plaza y su templo, el palacio del cardenal Espinosa, gobernante con Felipe II. Empezamos ahora ya el final del recorrido en dirección al sur. La autopista A-6 surca la campiña con la muralla serrana de nuevo ante nuestros ojos. Villacastín es una población que tuvo sus tiempos de gloria de y paso de los viajeros que llegaban del norte a Madrid. Destaca en exceso su enorme templo (casi catedralicio), con su torre herreriana, tan en boga en el siglo XVI. Por fín, El Espinar, pueblo ya casi serrano, con su barrio alejado de San Rafael, nos despide de esta bella provincia del sur de Castilla y León, no sin antes pasar por los bosques del pino de Valsaín en el puerto de Guadarrama -o Alto del León- que nos devuelve a los "Madriles".