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viernes, 25 de marzo de 2022

EL COMERCIO TRIANGULAR ESCLAVISTA

 

Uno de los episodios más crueles y vergonzantes de la historia europea es el comercio de esclavos en la Edad Moderna, caracterizado en el llamado Comercio Triangular. Desde los inicios de la colonización del Nuevo Mundo la falta de mano de obra fue un hecho tras la drástica caída de la población indígena americana. Se recurrió a la importación de esclavos del África subsahariana.

Se calcula que unos diez millones de jóvenes africanos de ambos sexos y de raza negra llegaron a América como esclavos, sin contar con los que fallecían en la travesía –que eran muy numerosos- y las víctimas de las capturas en la propia África. La práctica comenzó en el siglo XVI, se desarrolló en el XVII y alcanzó su apogeo en el Siglo de las Luces. En este último periodo descendió el tráfico ibérico y aumentó el de la Europa noroccidental. A grandes rasgos se puede resumir en la siguiente dinámica:

1. Primer lado del triángulo: los barcos europeos viajaban a África. Allí comerciaban sus manufacturas -textiles, otras de naturaleza variada, y alcohol- con los caciques africanos, los cuales, previamente, habían capturado prisioneros de tribus enemigas en sus guerras locales.

2. Segundo lado del triángulo: viaje rumbo a las Américas. Con las bodegas cargadas - en condiciones de hacinamiento infrahumano- de cientos de personas como meros objetos, ponían proa a América. La mortalidad era muy alta en la travesía y llegaba un menguado número de supervivientes a su destino.

3. El tercer lado del triángulo: el retorno a Europa. Tras la venta de los esclavos a la oligarquía de las plantaciones, con sus beneficios retornaban a Europa las flotas, donde el ciclo volvía a empezar.

viernes, 10 de febrero de 2017

EXPLORADORES DE AMÉRICA DEL NORTE EN EL SIGLO XVI

La otra América, la del norte, de indígenas más pobres y sin la celebridad de los imperios precolombinos, fue más débil y tardíamente explorada y conquistada que la del sur y centro mesoamericano. Los países de Europa no ibérica van a ser los protagonistas, aunque los dos reinos ibéricos, Castilla y Portugal, también van participar.
 

Navegantes como los italianos Cabot (1), al servicio de Inglaterra, o Verrazzano (4), al servicio de Francia, junto al portugués Corte Real (2), el francés Cartier (5) o el inglés Davis (9), exploraron las costas del noreste norteamericano, en los actuales Canadá y Estados Unidos.
Los castellanos Ponce de León (3) -Florida-, De Soto (6) -sudeste- y Vázquez de Coronado (7) -sur-, también exploraron el territorio del actual Estados Unidos. Por su parte el corsario Drake (8) exploraba la costa del Pacífico, en suroeste estadounidense.
Sin embargo, habrá que esperar al siglo XVII para que los asentamientos europeos en Norteamérica se asienten como en los dominios españoles o portugueses del otro extremo continental. El gran fracaso, tras su búsqueda con ahínco, fue el fallido paso del norte, con el que soñaban los reinos septentrionales europeos para llegar al Pacífico tras la peligrosa aventura que suponía atravesar el Estrecho de Magallanes en el extremo sur americano.
 
P.D. Error. En el viaje de Cabot, la fecha correcta es 1497.

domingo, 13 de marzo de 2016

EL IMPERIO ESPAÑOL EN EL SIGLO XVII

En el siglo XVII el inmenso Imperio español necesitaba de buenas comunicaciones para defenderse de sus numeros enemigos en todo el mundo.
En Madrid (1) estaba la cabeza del imperio, con el Consejo de Indias. En el eje de Sevilla y Cádiz (2) estaba la cabeza comercial con la Casa de Contratación, y desde ahí zarpaba la Flota de Indias. Hacía su última aguada en Canarias (3). Luego surcaba el Atlántico arrastrada por la Corriente del Golfo, que podía estar en calma o ser escenario de fuertes tempestades que acaban frecuentemente en naufragio.
La flota llegaba a Cartagena de Indias (4), donde se separaba: la Flota del Perú y la Flota de Nueva España. La flota del Perú atravesaba el istmo de Panamá (5). Atracaba en Portobelo, en la costa atlántica panameña. Descargaba en tierra las numerosas mercancías peninsulares y las llevaban recuas de mulas a través de un camino en la selva hasta la ciudad de Panamá, en la costa del Pacífico. De allí zarpaba rumbo al puerto limeño de El Callao (6). Lima era el punto de llegada de la plata de Potosí (7), en el Alto Perú (hoy Bolivia). En Potosí se intercabiaban los productos del Río de la Plata (8), actual Argentina, con el emergente puerto de Buenos Aires y futuro virreinato.
Por su parte, la flota de Nueva España zarpaba de Cartagena rumbo a San Juan de Ulúa, puerto de Veracruz (9), desde donde las recuas de mulas salían hacia el altiplano mexicano hasta la capital virreinal: Ciudad de México (10). Luego tomaban el llamado Camino de Asia hacia Acapulco (11), desde donde se embarcaban los productos peninsulares y la plata de Zacatecas (13) y del Potosí mexicano para hacer la larga travesía del secular Galeón de Manila. Éste aprovechaba la corriende Humboldt hacia las Filpinas. Al llegar a Manila (12) zarpaba el otro galeón hacia América y España, cargado de valiosísimos y exóticos productos que comerciaba con China, Japón e india.
Ya en el Atlántico, las dos flotas (del Perú y de Nueva España) zarpaban hacia Cuba, a La Habana (14), donde se reunían para zarpar unidas hacia la península y los puertos de Cádiz y Sevilla. De ahí, los correos y los informes a Madrid, atravesando Extremadura y Toledo.
La otra gran ruta vital del Imperio fue la llamada El Camino Español, que comunicaba con Flandes (16). Embarcaba las tropas de los Tercios en Barcelona hacia la república aliada de Génova (15), desde donde atravesaba los Alpes para llegar al Franco Condado y, seguidamente, a Luxemburgo y Bruselas.
Esta inmensidad de territorios del Imperio fue, en sí misma, un problema para su mantenimiento y en ese siglo XVII se produjo su progresivo declive desde 1648 en la Paz de Westfalia, hasta 1713 y la Paz de Utrecht. Se perdieron las posesiones europeas, pero los virreinatos se mantuvieron intactos, con tan sólo algunas perdidas territoriales en las Antillas y el Caribe. Para su mejor defensa y explotación se crearon en Sudamérica los virreinatos de Nueva Granada, con capital en Bogotá, y el del Río de La Plata, con capital en Buenos Aires.
 

EL TRATADO DE TORDESILLAS, 1494

PENDIENTE DE COMENTARIO
 

domingo, 10 de agosto de 2014

HERNÁN CORTÉS, LA CAÍDA DEL IMPERIO AZTECA Y EL NACIMIENTO DE NUEVA ESPAÑA, 1519-1550

Hernán Cortés era un hidalgo extremeño -de Medellín, Badajoz- fracasado en sus estudios en Salamanca y empujado a emigrar a las Indias. Enfrentado a Diego de Velázquez, gobernador de Cuba, zarpó a espaldas de éste hacia el continente (18 de febrero de 1519), emulando las anteriores expediciones de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva. Tras tocar playas de Yucatán, desembarcó definitivamente en San Juan de Ulúa el 22 de abril. Se asentó en esa costa y fundó la ciudad de Veracruz. Supo de la existencia de una civilización poderosa en Tenoctitlán a 400 kilómetros de distancia, por lo que emprende su marcha el 8 de agosto hacia el altiplano. Del 2 al 5 de septiembre derrotan a los tlaxcaltecas, enemigos acérrimos de los aztecas. Con los guerreros ahora aliados de Tlaxcala continúa hasta Cholula, donde se produce una matanza por orden de Alvarado.
El 8 de noviembre entran en la capital, la cual les impresiona por su riqueza, su ubicación en el gran lago de Texcoco y sus grandes edificaciones. El día 14 el emperador Moctezuma II es tomado como rehén. El 10 de mayo de 1520 debe ir al encuentro de las tropas de Pánfilo Narváez que tiene orden de detenerle. Tras vencerlas en la costa, los nuevos soldados españoles refuerzan su ejército, con el que regresa a Tenoctitlán.
Al llegar el 24 de junio son asediados por los aztecas. En esa ausencia hubo una nueva matanza por orden de Alvarado. La situación es insostenible, máxime tras la muerte del emperador por una pedrada, y se decide por la retirada sigilosa la noche del 30 de junio hasta que, descubiertos, se convierte en desbandada. Fueron muchos los españoles capturados para su inmediato sacrificio en el Templo Mayor. Cortés escapó por poco. Era la Noche Triste. Perseguido por los aztecas se produjo la fortuna de la batalla de Otumba, en la que logra ahuyentar a los perseguidores y llegar derrotado a Tlaxcala.

 
En Tlaxcala recompone su ejército y en 1521 se decide a reiniciar el ataque. El 10 de mayo Olid y Alvarado inician desde Texcoco el asedio a Tenochtitlán. La conquista no sería fácil, pues los aztecas, con el nuevo emperador Cuatemoc, han previsto el contraataque español y han organizado una concienzuda defensa. Inician el rodeo del lago ocupando aldeas abandonadas. En Chapultepec cortan el acueducto de agua. Faltaba ocupar el sur de la capital, Iztapalapa. Cortés construyó una pequeña flota para atacar por el mismo lago. El 31 de mayo se completaba el asedio. Quedaban dos meses de asedio feroz con sangrientas luchas de atacantes y defendidos. La viruela fue el aliado inesperado de los españoles. Su contagio diezmó a los defensores. El 13 de agosto se rendía Cuatemoc.
Bernal Díaz del Castillo, fiel soldado de Cortés, escribió Verdadera historia de la conquista de Nueva España, fuente primaria de estudio de esta conquista.
 

Mesoamérica quedaba sentenciada. Al poco caía el istmo al sur de México y Yucatán -el territorio de los decadentes mayas- a manos de los Montejo, que tras ardua lucha conseguían en 1541 cierto dominio. En el actual Jalisco Nuño de Guzmán fundaba Guadalajara, aunque su crueldad provocó la revuelta de los mixtones en 1540, donde murió accidentalmente Pedro de Alvarado tras una dura campaña de pacificación. Al norte del río Grande (o Bravo) se formaba una amplia e inhóspita frontera que detuvo a conquistadores y frailes hasta finales del siglo XVII. Tras las exploraciones de Cabeza de Vaca y de Coronado, ante el escaso interés de la zona, habitada por los feroces indios Pueblo (apaches, comanches, etc) y salvo los lugares donde se descubrieron ricas minas de plata, Zacatecas, San Luis de Potosí o Guanajuato, apenas atrajo colonos. Nacía el virreinato de Nueva España con capital en la nueva Ciudad de México, sobre las ruinas de la vieja Tenoctitlán.

 

lunes, 11 de noviembre de 2013

AMÉRICA EN 1492

 
Al llegar Colón al Nuevo Mundo en 1492, el continente estaba poblado por los amerindios de ascendencia asiática, en diferentes estadios históricos y diferentes territorios. En ambos extremos -norte y sur- del continente, en las frías llanuras canadienses y las Montañas Rocosas, junto a las llanuras patagónicas y los Andes meridionales, habitaban pueblos aún en estado depredador: esquimales (al norte) y patagones (al sur) entre otros.
En los actuales Estados Unidos habitaban tribus ya conocedoras de la agricultura desde el inicios del año 1 d. C en adelante: apaches, comanches, iroqueses, sioux, etc. Por su parte, este mismo tipo de tribus se extendía desde las llanuras pampeanas y del Chaco hasta el Caribe, pasando por las densas selvas amazónicas hasta los llanos del Orinoco: guaraníes, tupinambas, jíbaros, yanomamis o caribes entre otros. Pueblos de mayor tradición agraria se localizaban al norte de México (chichimecas) y en Colombia (chibchas).
Caso aparte son las tres grandes civilizaciones de estados esclavistas, politeístas, con excelentes creaciones artísticas y culturales: aztecas (meseta central de México), mayas (selvas de Centroamérica) e incas (entre los altiplanos andinos y el pacífico).
Este será el gran mosaico de pueblos amerindios que entrarán en contacto con occidente y que se verá irreversiblemente abocado al mestizaje, a veces con tintes dramáticos.